De color amarillo, su infusión fresca y floral de notas complejas es dulce y sabrosa. Un muy rico y disfrutable té verde con una mayor proporción de hojas maduras que su extraordinario hermano de mayor calidad White Monkey.
Este fino té verde elaborado con hojas jóvenes y abundantes brotes (hojas que no alcanzaron a desarrollarse) que son los que concentran el sabor, aroma y capacidad estimulante de cualquier té. En general, una abundante presencia de brotes es indicativo de la alta calidad del producto y del cuidado que se puso en su cosecha casi siempre de carácter manual, aunque también con asistencia de máquinas.
Wuyishan es el lugar de origen del té que conocieron los europeos de hace 400 años y tiene no sólo una importancia capital en la difusión de la cultura de esta bebida, sino también porque ha sido un área de conservación cultural, agrícola y religiosa que se ha mantenido desde hace más de 1100 años y hoy es considerado Patrimonio de la Humanidad y Reserva de la Biósfera y uno de los focos de biodiversidad más abundantes de toda China.
Los mejores té también vienen casi sin excepciones, de lugares en los cuales se manifiesta el invierno: cuando esto sucede, las plantas adaptadas al frío y/o altura entran en un estado de letargo que les permite acumular durante el invierno, una abundante cantidad de nutrientes en sus ramas y raíces, para expresarse en los primeros botes de la primavera que produce los mejores té sin importar si si son de China, India, Corea o Japón.
La niebla abundante de las mañanas de primavera en esta zona estimulan la producción de clorofila y aminoácidos en las hojas, en detrimento de algunos antioxidantes responsables del amargor, y proporcionando un resultado dulce, sabroso y persistente.
