Originario de la provincia de Zhejiang, es uno de los mejores y famosos té verdes chinos. Elaborado completamente a mano en woks sobre llama viva y lubricados con aceite de semilla de té, los movimientos de sus hábiles preparadores le otorgan su reconocida forma plana que recuerda una espada y que usualmente tiene partes tostadas por el calor.
El color de su licor es amarillo brillante; intensamente aromático y de sabor suave, dulce y persistente, con notas a vegetales cocidos y ligeramente a frutos secos.
Una parada obligada para formar el gusto por el té verde fino.