El té es una producto muy sensible al ambiente en el cual se almacena. Es altamente higroscópico, absorbe olores y humedad y reacciona químicamente al contacto con la luz.
Por esas razones, su almacenamiento y cuidado es crítico: se mantiene en mejores condiciones para ser disfrutado si está en recipientes herméticos, que no dejen pasar la luz y que contengan sólo el espacio necesario para almacenarlo.